Mi nombre es Raúl Díaz y te invito a formar parte de esta gran Experiencia. Algunos amigos ya lo han hecho.

Hace ya algún tiempo, que los cambios climatológicos no nos dejan indiferentes. Seguimos muy de cerca los efectos de un deshielo interminable y las lluvias que últimamente nos visitan, se han transformado en tormentas. Estamos en Valencia, España.

Pero todo esto pasa a ser relevante en el momento que, tras unos años de espera, decidimos escribir el final de una historia perdida en el tiempo…

La Historia de Patricia Gandaria

Corría el año 1991 cuando una mujer llamada Patricia Gandaria (Pat) pasaba por un quirófano por primera vez. Aunque no sería hasta el 2007 cuando, a través de Xing.com (Plataforma de Negocios) conoceríamos a esta Guerrera infatigable. Afectada por un cáncer de mama, Pat le daría un nuevo sentido al uso de Internet, compartiendo sus vivencias a tiempo real con todos los que en aquel momento y de una forma virtual, éramos sus amigos.

Un Descubrimiento

Coincidiendo con el que recuerdo como uno de los viajes más duros a los Pirineos (España) y buscando refugio durante una travesía, ascendí hasta una pequeña Ermita en donde encontré a la “Virgen de las Nieves“. Una vez allí y desconociendo la tradición, una pequeña ofrenda y mi silencio, fue lo único que supe hacer por Pat. Como si de una deuda se tratara, prometí volver allí con algo más representativo y por supuesto, unas palabras que pronunciar.

Pero no sería hasta hace unos días, cuando todo el Universo se confabula a nuestro favor. Al menos eso es lo que parecía…

El Viaje

Con tan sólo 24h antes de partir y otras 76h para recorrer lo que serían más de 1.400 kms, cada minuto alcanza un valor incalculable. A nuestro favor, la experiencia, un buen equipo humano y el sentimiento de lo que vamos a hacer. En contra, la arrogancia del ser humano cuando piensa que puede dominar a la Naturaleza y darlo todo por hecho.

El Fantasma del Pasado

Amanece, los días se siguen sumando y el ambiente está enrarecido. Con una taza de café sobre la mesa y mil recuerdos en la mente, un sentimiento de tristeza se apodera de mi. Supongo que no hay motivo, han pasado más de dos meses desde que regresé de los Alpes y mi vida está mucho más encaminada. Pero no, no es es así y lo sé. Algo está pasando y necesito darle forma una vez más.

Es un fantasma, del pasado, de una Historia y de un relato escrito y en manos de un fatídico destino, perdido.

¿Lo has sentido alguna vez? Sí, es eso mismo, poner un punto y final cuando creías que ya no hacía falta. Cuando pensabas que esa leyenda de “el Tiempo lo cura todo” era verdad y cuando descubres que no, que no es cierta y debes hacer algo más. 

El Peregrino

Tras un verano realmente cálido y un otoño que contrasta con la realidad, las condiciones allí en la montaña vuelven a ser muy duras.

El frío intenso baja tanto la temperatura del aire, que duele respirar. La mano invisible del viento avanza zarandeando todo a su paso, golpea nuestros cuerpos y les arranca el frágil calor que producen, como si quisiera robarles el alma. Espesas nubes, cargadas hasta la saciedad, siembran de vida Valles y Cumbres, pero el agua es tan fría, que de blancos mantos cubre la piel de la Tierra. 

Estoy preparado, es el momento. Esto es así, hoy soy un Peregrino.

Los datos se repiten, quizá con un poco más de tiempo para partir, aunque no mucho. En esta ocasión, quizá, con tu apoyo. Ante mí, cientos de kilómetros por recorrer, una parte de ellos andando y la otra, en Condiciones Extremas de nieve y hielo.

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